Seguro que si ya has observado plenamente y te has sentado con los ojos cerrados a ver que sucede a tu alrededor, te habrás preguntado ¿Cómo es posible que a ti lleguen un montón de impulsos de pensamientos y de cosas externas que siempre te están rodeando?
Una noche muy tranquila y en un lugar maravilloso me cuestioné: ¿Cómo es posible que llegue a una persona del común todo esto que llega a mi en este momento? El sonido del agua caer a lo lejos, el olor de la naturaleza y las plantas que me rodeaban, sumado al sonido de algunos animales, el craquear de las hojas donde me posaba, el viento suave que hacía mover mi cabello, la luz de la luna que alumbraba y divisaba todo el contorno de las piedras y árboles que a mi alrededor se posaban, la respiración de mi perro que a mi lado dormía y hasta mi propia respiración, me levanté y comencé a indagar ¿Por qué es esto posible?, nosotros los humanos percibimos las cosas en un orden diferente a los seres caninos, ellos perciben con prioridad en el olfato, nosotros con prioridad en la visión, pero ¿Cómo es posible que por medio de energía y vibraciones en común nos podamos entender? Todo esto empezó a llenarme de más dudas y curiosidad.
Nuestra cabeza recibe todos estos elementos por medio de conexiones nerviosas que hay a lo largo de todo nuestro cuerpo físico, estos se comunican de manera inmediata y por medio de impulsos eléctricos que llegan al control de mando llamado cerebro, el cual se encuentra dividido en tres grandes hemisferios que más adelante trataremos, allí es donde se procesan todos los impulsos recibidos y en donde se crea una respuesta inmediata con base en las memorias residuales que tenemos, lo que significa que responde en base a nuestros recuerdos, nuestras experiencias y nuestras creencias.
Confesare que fue uno de los momentos más hermosos, fue donde más aprendí a disfrutar el momento, disfrutar esos impulsos y esas ideas que llegan constantemente a nuestro cuerpo y mente, buscar cómo controlarlos o por lo menos identificarlos de manera presente y productiva, para que todo eso que nos da el planeta tierra pueda ser disfrutado en el aquí y el ahora.
Mi concepto creció cuando empecé a estudiar la psicología de color y la colometría, que me enseñaron que cada color en el espectro de luz es único, lo cual hace que se generen tanto emociones como sensaciones diferentes en cada ser humano, que a lo largo del tiempo nuestra curiosidad insaciable nos había llevado a identificar, jerarquizar y crear unos patrones que estandarizan toda nuestra percepción, el blanco trasmite paz, el rojo pasión y sangre, el verde naturaleza y vida, el naranja movimiento y actividad, el morado misterio y magia, ¡que loco!, fue allí cuando todo me empezó a mostrar que reflejaba su propia tonalidad, después de un tiempo de observación y análisis, pude darme cuenta que algunas personas sentían los colores cuando no veían, otros escuchaban y probaban los materiales, así detectaban cuál era específicamente para categorizarlo.
¡Que interesante como el ruido interviene en lo que hablamos o escuchamos y como el olor puede detener o cambiar el sabor en nuestra boca!
Muchos eran mis puntos de vista con respecto a sentir, pero también caí en cuenta que como humanos pre-sentimos y nos preparamos, programándonos con los recuerdos, experiencias y pensamientos que tenemos de situaciones similares, para generar impulsos y reacciones antes de haber sentido o probado algo, ¿Qué tanto control tenemos de nuestra mente y hasta qué punto no todo es lo que parece?.
También en un momento llegué a sentir las vibraciones de todo, la electricidad, la luz, los seres vivos, las plantas, cada cosa creando y generando ondas vibracionales específicas, que podrían sentirse en armonía y trabajando en beneficio a algo o alguien, buscando su lugar en el mundo, contexto en el que se encontraban, sin hacer daño a nadie y haciendo lo que necesitan para vivir en el presente.
El lapso espacio-temporal en el que lees esto y en el que yo lo escribí son diferentes, a lo cual los humanos hemos percibido e identificado como TIEMPO. El lapso de segundos, centímetros o en algún momento granos que caían o pasaban en un momento determinado, así, fue como a lo largo del tiempo nuestra razón nos llevó a identificar todos esos patrones que organizan y dan estructura a una sociedad, que está perdida, pensando solo en agotar y degradar su existencia, es decir, acabar, acortar y deteriorar ese lapso pequeño que tiene la oportunidad de vivir a lo largo del ciclo de todo el vasto universo en un lugar tan propicio como es el planeta Tierra.
Este texto que escribí hoy, quiero que motive al lector a disfrutar el lapso espacio-temporal que tiene en sus manos y el contexto al que pertenece, que recuerde cambiar en beneficio a lo importante (la vida), que haga un cambio y que sea un cambio para bien, si el cambia sus hábitos o su forma de consumir, puede influir en su entorno, posiblemente con trabajo y paciencia muy pronto en toda la sociedad a su alrededor, que cuando tenga la oportunidad de sentarse en quietud a sentir las vibraciones que lo rodean y cuando pueda identificarlas, sea posible sentir en lugar de envidia, odio, afán, o rencor, tener en su corazón, en su mente y en su realidad, emociones o sentimientos de amor, tranquilidad, paz, felicidad y vida pura en convivencia sana.
Saludos RedDi ART.
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